Dejan en libertad a Osiel Cárdenas Guillén, fundador de los zetas.
Considerado uno de los narcotraficantes más violentos, quedó en libertad.
A 17 años de su llegada a Estados Unidos y tras declararse culpable de narcotráfico, lavado de dinero y extorsión, Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo, quedó en libertad este 30 de agosto, según data el Buro Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés).
Fundador de Los Zetas, un grupo de soldados de fuerzas especiales que desertaron para unirse a las filas del Cártel del Golfo, Cárdenas Guillén era el objetivo número 1 de Estados Unidos, incluso fue señalado como una de las principales amenazas para ese país, luego de que, en 1999, levantó y amagó de muerte a dos agentes de la DEA.
Pero con todo y que había levantado a los agentes estadounidenses y haberlos amagado con armas de fuego en la cabeza, y aun cuando México y Estados Unidos aseguraban que las acciones de Cárdenas Guillén eran la principal causa de violencia que se vivía en Tamaulipas y en el sur de Texas, los fiscales estadounidenses no lo trataron con todo el peso de la ley como decían que lo harían, sino que, una vez extraditado ocurrió todo lo contrario: se arreglaron con él a cambio de dinero, y que dijera cómo y con quién operaba el Cártel del Golfo.
Además, tendría que darles parte del dinero que había ganado a través del tráfico de drogas, “cooperar” en lo que fuera necesario, y reconocer que era culpable y que estaba arrepentido.
Cárdenas Guillén, también conocido como el Mata amigos, aceptó de inmediato, y a través de su abogado Noe Domingo Garza, acordó entregar 50 millones de dólares en efectivo y en propiedades al gobierno de Estados Unidos “por los daños causados debido a sus acciones”, y narrar cómo y con quién operaba, y de ser necesario repetirlo durante un careo.
Lo que siguió fue una disculpa ante la jueza Hilda G. Tagle: “Pido disculpas a mi país, México, y a Estados Unidos de América, así como a mi familia, especialmente a mi esposa, a mis hijos, y todos por los errores que cometí”, dijo Cárdenas Guillén antes de que le emitieran sentencia.
Y añadió: “Estoy arrepentido”.
